Música y educación

A todos nos apasiona la música, sin embargo, no siempre está tan valorada como debería en la educación de los más pequeños. Estudios científicos señalan que la música tiene efectos positivos en el desarrollo creativo, cognitivo e intelectual de los niños. Además, la música estimula el hemisferio izquierdo del cerebro.

El trabajo melódico puede ayudar en otros campos del aprendizaje, por ejemplo, puede mejorar la retención de textos y la correcta acentuación de las palabras. Por otra parte, el trabajo auditivo con melodía y timbre beneficia la capacidad de concentración y el aprendizaje de otras lenguas. Y, por último el trabajo rítmico ayuda a la compresión de las relaciones matemáticas.

«El aprendizaje musical ayuda a la sociabilización y fomenta la colaboración, el espíritu crítico y el respeto cuando se hacen actividades colectivas. Además, a través de las canciones se pueden aprender valores, hábitos, el alfabeto, las tablas de multiplicar, etc. Por ejemplo, podemos relacionar la tabla del número tres con el ritmo del vals. Es más, a partir del estudio de un instrumento se pueden trabajar muchas asignaturas: geografía (de dónde es originario), historia (cuándo apareció), matemáticas (tamaño y proporciones), física (acústica y sonoridad), plástica (dibujándolo o creándolo con distintos materiales) y todo lo que se le ocurra al profesor», comenta Anna Díez.

Sin ir tan lejos en el tiempo, en 2011 la cantante islandesa Björk lanzó su álbum «Biophilia» con la intención de que sirviera como material didáctico para niños de 10 a 12 años y les inspirase a desarrollar su creatividad combinando música, naturaleza y tecnología.

¿Por qué es tan importante entonces la música en la educación de los niños?

Porque la música nos acompaña en todas las etapas de nuestra vida. Por tanto, hay que darle el lugar que ocupa a las materias artísticas para el buen desarrollo de los niños.

Fuente: https://www.emagister.com/blog/la-importancia-de-la-musica-en-la-educacion/