¿Has sentido alguna vez esa presión? La presión de formar parte de un grupo de Whatsapp de padres y querer marcharte. Sentir que aquello no es serio pero aún así aguantas.
Aguantas por tus hijos. Aguantas por la presión de ser parte de un grupo. Porque, ¿Cómo te enterarás de las cosas realmente importantes? Seguramente aún lleguen las notas de papel a tu casa pero te sientes desprotegida, te sientes sola en el camino.
Además, sabes que no estás agusto en el grupo por algunos integrantes que se pasan el día comentando cosas sin sentido. Cosas que no tienen que ver con la escuela. Cosas que no le importan a nadie pero ellos tienen la necesidad de difundirlas ante viento y marea.
De hecho, si te marchas, lo difundirán aún con más ahínco. Entre tú y yo: te pondrán de vuelta y media. Pero el problema no eres tú. El problema son todos aquellos que lo están viviendo de la misma manera que tú y siguen sin hacer nada. Te marcharás, leerán todo lo que se pone sobre ti y no saldrán en tu defensa. Callarán y seguirán en ese grupo.
Y ¿Qué necesidad hay de la existencia de estos grupos? Sí, entiendo que es muy cómodo preguntar cualquier cosa y recibir veinte respuestas al unísono que confirmen aquello que crees pero… ¿No hemos vivido toda la vida sin eso? ¿No hemos ido a la vecina de enfrente o a la madre que vive en el mismo barrio a preguntarle si su hijo va a ir a la excursión?
Porque realmente estos grupos están sustituyendo a los corros que se formaban en la puerta de la escuela a la hora de recoger a los niños. Lo que pasa es que ahora tenemos menos tiempo y los grupos de Whatsapp nos ayudan a combatir esto. Eso, y envalentonan a muchos a comentar cosas que cara a cara no comentarían.
El estar detrás de una pantalla nos da una fuerza y una seguridad descomunal. Sentimos como que la otra persona no existe. No es eso realmente sino que es algo más etéreo. Y eso nos da confianza para decir cualquier cosa. Desde un cotilleo hasta lo que pasa en nuestras vidas.Es como si al día siguiente no tuviésemos que hablar con esa persona.
Contengamos nuestro instinto de publicitar todo aquello que no importa a nadie más que a nuestros más llegados y conseguiremos grupos de Whatsapp más saludables. Con menos presiones internas que nos impidan abandonar el grupo.